
Tiene su origen en la antigua Judería, cuando el rey Fernando III de Castilla conquista la ciudad, se concentró en Sevilla la segunda comunidad judía más importante de España, tras la de Toledo. Tras la expulsión de los judíos en 1483, el barrio cayó en picado, hasta que a principios del siglo XX decidieron la reurbanización del barrio, siendo su estado el actual gracias a esa iniciativa.