Ayer jueves, 12 de julio, recorrimos la ruta sobre la Sevilla de las tres culturas, dentro del ciclo de ‘Rutas de Sevilla Bajo las Estrellas‘ que estamos realizando desde Alminar.
De nuevo paseamos bajo la noche sevillana para escuchar la interesante y amena exposición que nos brindó Rosa García Morillo sobre los mitos y realidades de la convivencia entre judíos, cristianos y musulmanes a lo largo de la historia medieval de la ciudad. Exposición que conectó de inmediato con el numeroso público asistente, y que sirvió para trasladarnos hasta la Sevilla de la Plena y la Baja Edad Media.
Iniciamos la ruta, como todos los jueves, en el arquillo del Ayuntamiento a las 21,30. A pocos metros, llegamos hasta la calle Hernando Colón, antigua vía principal de la Alcaicería de la Seda, lugar erigido por las autoridades almohades para concentrar el comercio de este y otros productos textiles. Con la llegada de los cristianos, será la población judía la que monopolizará esta actividad comercial.
A continuación avanzamos hacia el final de la calle, punto que marcaba los límites de la Alcaicería, encontrándonos con la Puerta del Perdón. Dicha puerta es originaría de la mezquita aljama, y daba acceso al patio de abluciones, actual patio de los naranjos de la Catedral.  Su orientación hacia el norte nos da una pista sobre su origen musulmán. Y es que la actual catedral fue edificada como mezquita, demoliendo un barrio en su totalidad para dar cabida a toda la población que acudiese al rezo, debido, entre otros motivos, a la falta de espacio de la mezquita que se hallaba en la actual Iglesia del Salvador. Con la llegada de los cristianos en el Siglo XIII, esta edificación religiosa se adaptaría al credo de sus nuevos ocupantes hasta la construcción del actual edificio.
Tras esto, conocimos el origen del nombre de calles como Placentines, Francos o Alemanes, aunque el de ésta última data de fechas muy recientes, a diferencia de las anteriores.  A los pies de la Giralda, Rosa nos desgranó las vicisitudes de sus diferentes etapas constructivas, haciendo un recorrido histórico por los edificios de la actual Plaza Virgen de los Reyes. Entre estos, destaca una pequeña mezquita, conocida como la de los osos, que aún puede observarse en un lateral del convento de la Encarnación, y que fue edificada en honor a un antiguo líder religioso musulmán de la ciudad hispalense.
Finalizamos la visita en el Patio Banderas, puerta de entrada a la judería. Aquí descubrimos el origen de este barrio. Y es que fue un emplazamiento otorgado por Fernando III a la comunidad judía tras su entrada en la ciudad, convirtiéndose en lugar de residencia de estos hasta el pogromo que tuvo lugar en el Siglo XIV, mermando sobremanera la presencia de esta comunidad en la capital sevillana.
Esta ruta nos dejó con un maravilloso sabor de boca tras paladear, bajo las estrellas, la historia,  las costumbres, la arquitectura y el arte de un periodo tan prolijo de nuestra ciudad como fue la Baja Edad Media.