La pasada noche del jueves 19 de Julio recorrimos uno de los pasajes más brillantes de la historia de la ciudad, dentro del ciclo de ‘Rutas de Sevilla Bajo las Estrellas’ que estamos realizando desde Alminar. Este pasaje se centró en la Sevilla colombina, donde nos sumergimos dentro de una etapa tan brillante para la ciudad como fue el siglo XVI a través de “La Noche de los descubridores”.
Este paseo bajo las estrellas nos permitió disfrutar, como en anteriores ocasiones, de la magistral y amena exposición de Rosa García Morillo sobre la historia y las curiosidades de la Sevilla del siglo XVI y su especial vinculación con el Nuevo Mundo. De repente nos vimos inmersos en un entorno de comerciantes, navegantes y descubridores que convirtieron a la ciudad en el faro que iluminó el camino hacía América durante siglos.
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Biblioteca Colombina |
La ruta comenzó, como todos los jueves, en el arquillo del Ayuntamiento a las 21,30. Con la compañía de numerosos amigos, entre los que se encontraba la ganadora del concurso que realizamos en Facebook durante la semana, echamos a andar hacia la Catedral tras conocer el origen del actual edificio del Ayuntamiento. Pocos minutos después, llegamos hasta la Biblioteca Colombina, lugar erigido por el cabildo catedralicio para satisfacer el testamento de Hernando Colón, hijo del insigne descubridor, cuya existencia transcurrió entre la corte y una vida dedicada a los libros y a la erudición. El origen de la misma giró en torno a un juego de herencias que llevaría al primer heredero, su sobrino Juan, a verse desposeído de la misma en beneficio de las autoridades eclesiásticas. A pesar de ello, la deficiente conservación de la biblioteca durante siglos provocó que el legado bibliográfico se viese reducido de los 30.000 a los 3.000 ejemplares que alberga en la actualidad.
Tras esto avanzamos hacia la Puerta del Príncipe de la Catedral. Frente a ella, pudimos observar una réplica del Giraldillo, que acabaría dando nombre a la torre que coronaba, pasando esta a conocerse como Giralda. El escultor se inspiró en las imágenes de la Inmaculada y de las diosas Atenea y Minerva a la hora de realizar esta obra, que estuvo pintada durante décadas en color azul cobalto. A pocos metros alcanzamos el Archivo de Indias, también conocido como la Casa Lonja, donde trataron de centralizarse la mayoría de las actividades comerciales de la ciudad ante la insistencia del cabildo catedralicio de sacar a los comerciantes de las gradas de la Catedral. Su construcción y diferentes usos a lo largo de los años centraron la explicación durante estos momentos.
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Puerta del Príncipe |
Acto seguido, llegamos a la Casa de Contratación, por cuyas estancias había de pasar todo aquel que deseara embarcarse en la aventura americana. Uno de los requisitos indispensables para navegar hacia el Nuevo Mundo era el de ser cristiano viejo, y la falsificación de esta condición podía conducir a la cárcel del edificio, situada en la calle Miguel de Mañara, a todo aquel que intentase engañar a las autoridades de la institución.
Finalizamos la visita a las puertas de la Casa de la Moneda, edificio por el que pasaba todo el oro y la plata de las minas americanas y cuya actividad no cesaba en ningún momento del día, acuñando las monedas que sostendrían al imperio español durante todo el siglo. Esta institución llegaría a tener hasta 200 empleados en su época de máximo esplendor.
Como siempre, esta ruta nos hizo navegar a través de un océano de curiosidades, anécdotas y episodios históricos que bañaron la historia de nuestra ciudad en un momento tan trascendental como fue el Siglo XVI.